Cruzando los Alpes en busca de refugio

Cada noche decenas de personas intentan pasar la frontera sin ser vistos por la gendarmería francesa. Ahora muchas familias y jóvenes procedentes de Afganistán pasando por la ruta de los Balcanes utilizan esta entrada para llegar a Francia

sergi camara


Oulx, Italia-Febrero 2021

“You go to the game tonight”,

pregunta Faisal (nombre ficticio) a un compañero.

“The game” es como suelen llamar muchas personas ir a intentar cruzar la frontera.

Cada noche decenas de personas migrantes o refugiadas intentan pasar la frontera que separa Italia de Francia en los Alpes.

Faisal es Afgano, tiene quince años. Se encuentra en la casa de acogida que la Fundación Italiana Talita abrió para ayudar a personas migrantes y refugiadas en tránsito hacia Francia. Esta casa se encuentra en el pueblo de Oulx cerca de la frontera Italo-Francesa.

Faisal hizo una ruta desde Afganistán pasando por Irán, Turquía y Grecia en el puerto de Patras, donde pasó escondido debajo de un camión que subía en un ferry hacia Italia.

Faisal está dispuesto a ir a la frontera esta noche.

Él y varios de que se esperan en la casa ya han recogido material como botas y ropa de abrigo.

La casa de acogida funciona de 4 de la tarde hasta las 8 de la mañana para que las personas que intentan pasar la frontera en dirección a Francia o las que son devueltas tengan un lugar para poder estar.

Muchas personas que fueron rescatadas en el Mediterráneo ya utilizaban esta ruta hace unos años, pero ahora desde hace un tiempo muchas familias mayoritariamente Afganas provenientes de la ruta de los Balcanes, utilizan cada vez más esta vía para poder atravesar a Francia sin ser vistos. Si la gendarmería francesa los ve, los devuelve de nuevo en Italia.

En la casa de acogida trabajan diferentes organizaciones como La Cruz Roja Italiana, el Comitato de Susa, y una la Ong Rainbow4Africa.

Dan apoyo a las personas en tránsito o que son retronades en su intento de entrar en Francia.

La Cruz Roja presta ayuda también en el pueblo fronterizo de Claviere que es donde comienza la travesía,havia Francia. Allí profesionales de la Cruz Roja Italiana avisan del riesgo de no seguir los caminos y adentrarse en el bosque de las montañas nevadas para no ser vistos por la policía francesa.

También tienen un servicio de transporte del pueblo de Claviere hasta la casa de acogida para las personas que son devueltas en su intento de entrar en Francia.
Una furgoneta espera todas las noches las personas que han sido detectadas por la gendarmería francesa y son devueltas a Claviere.

La organización Rainbow4Africa encarga de dotar de ropa de abrigo a las personas que quieren hacer la travesía.

En el recinto de la casa hay un almacén lleno de material dado por personas que colaboran con las diferentes organizaciones.
Cada noche a partir de las 18:30 h las personas que están dispuestas a ir intentando pasar la frontera de noche, cogen el material necesario para poder aguantar el frío.

Botas de montaña, anoraks, pantalones, gorros, guantes todo lo que se necesita para poder aguantar las bajas temperaturas de las noches de los Alpes.


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Vestirse de turista para poder cruzar la frontera

El sábado llega una familia de Afganistán. Tienen tres hijos, un niño de seis años, una niña de cuatro años y un bebé de dieciséis días de vida.

Hace pocos meses cuando la madre estaba embarazada intentaron atravesar esta misma frontera. Ahora unos meses después quieren volver a intentarlo.

Aprovecharán el domingo, día que hay muchos turistas en las pistas de esquí, para pasar desapercibidos y así poder llegar a Francia.

Los voluntarios y voluntarias de las diferentes organizaciones los acogen, les dan una habitación para la familia y poder estar en un espacio más íntimo que el dormitorio compartido que hay en la planta baja de la casa.

Una mujer de la organización Rainbow4Africa les proporciona ropa de abrigo mientras les dice:

“Mucho color, tomar ropa de mucho color, debeis parecer turistas. Mañana estará lleno de gente disfrutando del domingo a las pistas de esquí paseando Y es un buen momento para que prueben que pasar sin el riesgo de la noche con el frío. Más que todo por los niños pequeños “.

Al día siguiente la familia sale toda equipada de la casa, hasta Y todo con un trineo para los niños, unos palos de esquí junto con toda la ropa necesaria para parecer un turista más a las pistas de esquí que unen Italia y Francia.

Unas voluntarias les acompañan hasta el autobús que los llevará hasta las pistas de equino al pueblo fronterizo de Claviere. Una vez allí tienen que coger una pista que en 30 minutos los llevará a Francia. Es domingo y los parkings del pueblo de Claviere están llenos de coches con matrículas de Francia.

Muchas familias han aprovechado el domingo para ir a practicar deportes de montaña o simplemente a caminar y pasear por las pistas. La familia llega con el autobús a las 11 h en Claviere.

Una vez bajan se dirigen hacia la zona de las pistas donde hay cientos de personas disfrutando de la nieve.

Empiezan a caminar en medio de los turistas intentando pasar desapercibidos en dirección a Francia.

Finalmente, en el segundo intento la familia consigue llegar a Francia y allí será acogida en una casa de una organización Francesa que también acoge a las personas que han logrado cruzar la frontera.

También les dan asistencia legal aparte de poder dormir y estar unos días en la casa antes de continuar su camino.
Esta familia ha hecho una ruta por Irán, Turquía, Grecia, Kosovo, Bosnia, Croacia, Eslovenia y finalmente Italia para continuar después hacia Alemania.

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Cada noche decenas de personas
intentan pasar la frontera sin
ser vistos por la gendarmería Francesa


Faisal ha salido hacia la frontera con otro compañero que estaba en la casa de acogida. Finalmente se unen a un grupo de tres personas y los cinco se dirigen carretera arriba en dirección a Francia una vez bajan del autobús que los deja frente a la iglesia de Claviere.
Un grupo en el que está Faisal camina por la carretera que va hacia Francia.

Una vez pasado el rótulo de Francia que delimita la frontera el grupo se tira por un margen abajo hacia el bosque.

Algunos les cuesta caminar por la altura de la nieve que no ha sido pisada. Un cae y es ayudado por sus compañeros. Continúan caminando bajo los árboles con la luna llena como compañía. De vez llegan dos motos de nieve por detrás. Huyen corriendo a esconderse en un margen de una colina. Las motos pasan de largo. Continúan la caminata.

Unas figuras aparecen a lo lejos y empiezan a gritar de repente una luz potente ilumina al grupo.

“La gendarmería, la gendarmería! quietos!”.

El grupo se detiene mientras van llegando varios policías iluminando con sus linternas al grupo que acaba de ser descubierto.

Uno intenta escapar, pero cae por la altura de la nieve que dificulta caminar y es atrapado por dos policías que le perseguían. El policía les pide la nacionalidad, responden que no tienen.

La policía los intenta identificar, pero nadie lleva documentación.

Al cabo de un momento se les lleva en dirección a Francia para intentar ser identificados y luego ser devueltos a Italia.

Faisal tuvo suerte, dijo que era menor y pidió acogida. El último mensaje que recibí de él, es que se dirigía hacia Lyon.

El domingo por la noche varias personas vuelven a intentarlo

Un joven de Afganistán junto con dos compañeros más, itentan cruzar.
También una familia Afgana que va desiorentada

Una familia procedente de Afganistán intenta cruzar hacia Francia.Pero al final no lo consigue.

Con el apoyo de Entreculturas y Naciódigital

Cruzando los Alpes en busca de refugio
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